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Uno de los proyectos que más tiempo y esfuerzo nos ha requerido, pero que a su vez más nos ha alegrado el resultado, ha sido el encargo de personalizar un salón empleando para ello los muebles ya disponibles en él.
Cuando acudimos a la casa, lo primero que nos llamó la atención era el gran mueble que ocupaba dos paredes enteras de la estancia. Tuvimos claro desde el principio que era demasiado volumen y había que aligerar su peso visual.
Una vez obtenida su aceptación, comenzamos a desmontar las partes que no íbamos a utilizar para ir descubriendo lo que se escondía detrás de este gran mueble. Quitando tan solo las partes sobrantes, logramos ya un primer avance. El mueble se aligeró de forma notable y el espacio ganó metros y mucha luz natural.
El siguiente paso consistió en personalizar el mueble al gusto de la persona que nos lo encargó. Tras algunas pruebas de color en nuestro taller, decidimos los tonos finales que tendría. Para las zonas exteriores empleamos el Original y, para dar contraste y profundidad, empleamos el Aubusson Blue en las zonas interiores. Ya con las primeras manos comenzamos a intuir el gran cambio que iba a dar tanto el mueble como el propio salón.
Para darle un poco más de juego al mueble, a las baldas interiores y a las de la estantería le realizamos un veteado sutil, usando como fondo el color Coco y dando el acabado final con cera blanca. De esta manera conseguimos un nuevo espacio, único, personalizado y de lo más original.
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