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  • Foto del escritorVanetxu Trate

Charleston House

Muchas veces, en las redes y en alguna otra entrada, os hemos hablado de Charleston House y de su importancia en la pintura decorativa y decoración de interiores. En esta entrada intentaremos profundizar un poco más y os hablaremos de su contexto histórico y de sus habitantes para que podáis conocer mucho mejor la impresionante historia que hay detrás de sus muros.


Para poder entender todo este movimiento, tenemos que hablar de la relación de Charleston Farmhouse y el Grupo de Bloomsbury. Una relación que comienza allá por el año 1916 cuando, por recomendación de la escritora Virginia Woolf, los artistas Vanessa Bell y Duncan Grant, junto con el amigo y amante de Vanessa David Garnett, se trasladan a Charleston. Habitando allí una típica casa de campiña inglesa de la zona de Sussex. El edificio, construido en el siglo XVI, había sido reformado en el XIX y utilizado como casa de huéspedes antes de que Vanessa Bell y Duncan Grant lo adquiriesen. Sería esta casa, precisamente, el punto de encuentro de lo que acabaría por conocerse como Grupo de Bloomsbury.


Bell, Grant y Garnett abrieron desde el primer día sus puertas a muchos otros artistas de diversa índole como la propia Virginia Woolf -hermana de Vanessa Bell- Clive Bell, John Maynard Keynes o Dora Carrington entre otros, concentrando en un mismo lugar a la flor y nata de la nueva generación cultural inglesa.


Una obra de arte intramuros


Los ocupantes de la casa no se limitaron a vivir en ella, sino que la fueron transformando en una obra de arte. Muchos de los que por allí pasaron, como Dora Carrington -pintora y decoradora inglesa- o Roger Fry -artista que diseñó el jardín-, fueron dejando su impronta; aunque fueron Bell y Grant quienes más tiempo y esfuerzo invirtieron en pintar y decorar la casa acorde a sus inspiraciones artísticas. Ambos pintaron y decoraron la mayoría de las paredes, puertas y muebles inspirados en los frescos italianos y el postmodernismo. También se pueden encontrar, aún hoy en día, esculturas a tamaño natural realizadas por Quentin Bell esparcidas por el jardín.


El edificio, que aún sigue en pie, ha sido reconvertido en casa-museo para todo aquél que quiera visitarla y maravillarse con la obra de arte en la que se ha convertido.


Todas las estancias guardan excelentes detalles artísticos, aunque nosotros nos centraremos en tres que nos han llamado poderosamente la atención:


EL COMEDOR

Centro de reunión de cualquier hogar, el comedor juega, también en esta casa, un papel primordial y es, además, una de las pocas estancias que no cambió su uso durante la ocupación de la familia Grant-Bell.

La estancia la preside una mesa de comedor circular en la que toda la familia y amigos compartían mantel. El mueble luce una pintura realizada por Vanessa Bell en 1952, decoración que cubre una anterior realizada en la década de 1920.


Esta mesa refleja a la perfección la filosofía de los moradores de esta casa que resumió Quentin Bell de la manera siguiente: "La restauración o conservación parecía una solución demasiado aburrida; fue mucho más divertido inventar algo nuevo y cambiar todo el aspecto de una habitación".


En el caso del diseño de la pared estampada que vemos en la siguiente imagen fue realizado en 1939 por Duncan Grant, Quentin Bell y Angelica Garnet. Una ejecución espontánea a mano alzada y con la utilización de plantillas, unos dibujos que nos pueden recordar en muchos casos algunas de los stencil de la colección de Annie Sloan.







EL SALÓN O SALA DE ESTAR

Una de las zonas emblemáticas de la casa, la zona de reunión donde se dieron cita importantes eventos protagonizados por los habitantes de la casa. Una estancia llena de detalles decorativos que no vamos a pasar por alto. Las paredes con un estampado de Paisley en gris y flores blancas realizadas a mano alzada en 1945.

Las dos figuras de encima de la repisa de la chimenea realizadas por Duncan Grant en 1928 visten la estancia de una forma impresionante, como dato curioso os contaremos que la zona central con el jarrón de flores se pintó años después para reemplazar el hueco que dejó un espejo que se rompió debido al calor de una lámpara que se quedó encendida. Os hemos hablado de algunos de los detalles más importantes, pero la estancia esta llena de arte la mires por donde la mires: alfombras, cajas de madera decoradas, cerámica, biombos...




LA HABITACIÓN DE INVITADOS

Aunque durante un tiempo Quentin y Julian Bell dormían en ella cuando eran unos niños, con el tiempo pasó a ser la habitación de invitados. En ella nos han llamado especialmente la atención sus paredes, puertas y contraventanas pintadas con diferentes motivos que os explicaremos a continuación. Vanesa Bell y su hija fueron las creadoras de este espacio allá por 1936 al realizar un punteado contrastado con un fondo en color lavanda y los puntos en grises en las paredes, también pintaron las puertas de los armarios y contraventanas con figuras y motivos florales en tonos pastel.

Si os ha maravillado lo que os hemos contado y sois amantes de la decoración y la pintura decorativa, podéis seguir aprendiendo más sobre Charleston House en la página web de la casa museo y de su fascinante jardín, del que en esta entrada no os hemos hablado, pero que es otra obra de arte floral digna de admirar.






Por último recordaros que Charleston House en colaboración con Annie Sloan ha creado 3 colores exclusivos - Tilton, Firle, Rodmell - inspirados en las decoraciones que se encuentran en ella y un libro sobre su historia.



* Información y fotos procedentes de la página oficial de Charleston House.


















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