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¿Siempre te ha gustado sentirte cercano a la naturaleza?, ¿adoras los recuerdos de la niñez cuando ibas al pueblo? Entonces, el estilo rústico te viene como anillo al dedo. Sigue estos consejos.
Estilo Rústico
Mediante el estilo rústico tratamos de conseguir un ambiente relajado y tradicional que gire entorno a la naturaleza. Debe ser un espacio que resulte casual, cómodo y acogedor a la vez. Nos ha de transportar al campo, a aquellos ambientes rurales en los que la sobriedad y la practidaz se aunaban en una decoración sin grandes estridencias.
El color de la naturaleza
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En el estilo rústico los tonos inspirados en la naturaleza son cruciales. Es por ello que cobran fuerza los verdes de las plantas, los azules del mar, los ríos o el cielo, o los marrones del hierro. Debemos buscar un efecto de relajación y armonía, manteniendo un equilibrio en el que no saturemos los espacios con muchos complementos decorativos.
Materiales duraderos
Hablamos de un estilo que está hecho para durar, encontrándonos con materiales robustos como la piedra en las paredes o las baldosas blancas de las cocinas de antaño. A ello se le suman muebles de madera maciza y elementos de hierro. Textiles como el lino la arpillera o el algodón, bien estampados como lisos o con rayas sencillas.
Mobiliario recuperando muebles
Es en el estilo rústico donde la recuperación de muebles que nuestros abuelos nos cedieron cobra una especial relevancia. Estos no tienen por qué ser restaurados para devolverlos a su estado original, sino que podemos actualizarlos manteniendo su esencia, dándoles así una nueva oportunidad.
